Durante el verano, los aparecen por todas partes. Pero, ¿sabes por qué estos molestos insectos eligen a sus víctimas? A lo largo de los años, la ciencia ha descubierto datos sobre el comportamiento de los mosquitos que ayudan a entender mejor a estos molestos habitantes del espacio aéreo de nuestros parques, jardines y casas.

Por ejemplo, la insistencia de los en morder y chupar nuestra sangre es una forma de las hembras para garantizar su reproducción. Los machos se alimentan del néctar de las flores, pero las hembras necesitan proteínas que obtienen de la sangre para desarrollar sus huevos después del apareamiento.

La sangre humana contiene hemoglobina, una sustancia rica en hierro que resulta especialmente atractiva para estos insectos. Nuestra piel expuesta, el calor corporal que regulamos a través del sudor y las señales químicas que emite nuestro cuerpo nos convierten en objetivos más atractivos.

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Además, el tipo de sangre de la víctima juega un papel fundamental en esta selección. Los estudios demuestran que los mosquitos prefieren a las personas con tipo de sangre O, picándolas casi dos veces más que a quienes tienen tipo A. Los investigadores aún no comprenden completamente la causa, aunque podría relacionarse con las secreciones de la piel o variaciones en la saliva.

Como ocurre con otros insectos, el dióxido de carbono que expulsamos al respirar funciona como una señal para que los mosquitos nos localicen. Por esto, las personas que emiten más dióxido de carbono, como aquellas con mayor masa corporal, las mujeres embarazadas o quienes acaban de hacer ejercicio, tienden a recibir picaduras con mayor frecuencia.

La temperatura corporal también influye en la atracción de los mosquitos. El calor elevado les indica que hay un huésped cercano. Estos insectos detectan el calor usando sensores ubicados en sus patas, por lo que la actividad física, el estrés o la fiebre aumentan el riesgo de ser picado.

AGUAS CON LO QUE BEBES

La composición del sudor contiene sustancias como ácido láctico, amoníaco y ácidos grasos que son muy atractivo para los mosquitos. Estas concentraciones aumentan con el ejercicio, el consumo de alcohol o ciertos alimentos.

Un estudio japonés descubrió que beber una sola cerveza aumenta en 30 por ciento las picaduras de mosquito, un efecto que se explica con el aumento de la temperatura corporal y a los cambios en el olor del sudor.

¿Qué hacer para eludir el olfato sangriento de los mosquitos? Las duchas nocturnas son una buena medida. Incluso, no se requiere que uses jabón. Sólo limpiar el sudor del cuerpo es una buena medida.

Colocar cerca de puertas y ventanas ciertas hierbas aromáticas, como albahaca, melisa, geranio, citronela y plectranto emiten aromas que repelen a los mosquitos.

Si ya te picaron, alivia la comezón y la inflamación presiona la parte interna de la cáscara de plátano sobre la picadura puede ayudar a absorber fluidos y reducir la irritación.

La miel, con sus cualidades antibacterianas y antiinflamatorias comprobadas, puede calmar la inflamación cuando se aplica una capa delgada sobre la picadura. También ayuda a prevenir infecciones causadas por rascarse.

Con algunas precauciones sencillas y remedios naturales disponibles en casa, es posible atravesar la temporada sin sufrir tanto por estos pequeños visitantes.

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