SALUD

¿Por qué tenemos más mocos en invierno? Esto dicen expertos

Entre octubre y marzo, las infecciones respiratorias se multiplican. Es un fenómeno que la ciencia a partir de varios factores que se conectan entre sí

¿Por qué tenemos más mocos en invierno? Esto dicen expertos

(Imagen ilustrativa: IA)

Al día 10/01/2025 15:08 Uriel Rodríguez Actualizada 15:08
 

Los datos de la Secretaría de Salud muestran que durante el periodo invernal de 2023 se registraron más de 10 millones de casos de padecimientos respiratorios en México, lo que representa un aumento de 37% en comparación con los meses de calor.

“En enero es cuando se registra el mayor aumento”, detalla el doctor Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina y vocero del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) de la UNAM, iniciativa que nació en la máxima casa de estudios a partir de la aparición del covid.

En entrevistas para la más reciente edición de la Gaceta UNAM, el especialista comentó que las infecciones respiratorias agudas que más se presentan entre los mexicanos son justamente el nuevo coronavirus, la faringitis por estreptococo, bronconeumonías y neumonías, que afectaron a 10 millones 781 mil 906 personas entre octubre de 2023 y marzo de 2024.

Lee también: Claudia Sheinbaum da inicio al programa “Sí al desarme, Sí a la paz” ¿en qué consiste?

 

¿Por qué se da esto y cómo podemos prevenirnos?

 

La crisis de mocos en invierno se da a partir de una serie de cambios en el ambiente que sufrimos cada año.

El sistema respiratorio cuenta con mecanismos de defensa naturales, que incluyen una capa de moco en las vías respiratorias, que se distribuye desde la nariz hasta los pulmones gracias a unas pequeñas estructuras llamadas “cilios”. Esta capa funciona como una trampa para microorganismos, polen y partículas de polvo.

Pero las condiciones del invierno alteran este sistema de protección. La disminución de humedad en el ambiente provoca que el moco se vuelva menos espeso e incluso llegue a secarse en algunas zonas, lo cual reduce su capacidad para atrapar virus y bacterias, lo que aumenta el riesgo de enfermarnos.

Además, el aire frío disminuye el movimiento de los cilios, lo que resulta en una menor capacidad para eliminar los microorganismos.

Cuando el organismo se expone al frío, necesita utilizar energía para mantener su temperatura. Este proceso requiere agua, y si la persona no consume suficientes líquidos, el cuerpo se deshidrata. La deshidratación reduce la producción de secreciones en nariz y garganta, lo que debilita aún más las barreras naturales contra las infecciones.

El frío nos obliga a estar en lugar cerrados más tiempo, junto a más personas, además de que las fiestas y convivencias de la temporada se multiplican en lugares reducidos, un ambiente ideal para que las enfermedades respiratorias pasen de cuerpo a cuerpo rápidamente.

Y este ciclo se retroalimenta: al existir más personas enfermas, aumenta la probabilidad de nuevos contagios, lo que resulta en más casos de infecciones respiratorias.

La evidencia científica señala que no es el frío por sí mismo lo que causa las enfermedades, sino la combinación de factores biológicos y sociales que se presentan durante el invierno. “Por eso es fundamental continuar con lo que aprendimos durante la pandemia de covid”, recomienda la urgencióloga pediatra Diana Guerrero, Subdirectora de Enseñanza del Hospital Infantil de México Federico Gómez: “El uso de mascarillas cuando estamos entre muchas más personas en lugares cerrados, como en el transporte público, lavar nuestra manos con mucha frecuencia y tomar agua simple durante todo el día”.

Google News - Elgrafico

Comentarios