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El paso del vehículo de carga despertó la indignación y rechifla de brigadistas que desde el 19 de marzo trabajan como voluntarios en la extinción de incendios, mientras que pobladores señalaron que es urgente que se declare la veda que prohíba el corte de oyamel y pinos.
La presidenta municipal Ana Teresa Casas informó que “están haciendo recorridos con cámaras para identificar al camión que sale con material”, el cual no está autorizado como parte del “aprovechamiento” que otorgan las comunidades.
“Tenemos miedo que los incendios se aviven y se vuelvan a extender, luego de que surgieron como si fueran explosiones”, señaló la alcaldesa, luego que el sábado 30 de marzo sofocaron el fuego en Mazatla, según reportes de Probosque.
Sin embargo, el domingo 31 de marzo otro incendio en San Luis Ayucan fue la preocupación de pobladores y autoridades, “el perímetro estaba resguardado con brechas, pero aún no lo damos ni por contenido ni por sofocado”, admitió. Por ello, seguían trabajando unos 50 brigadistas voluntarios, 60 elementos de Sedena, 50 policías estatales con 10 binomios caninos; 20 policías municipales, 30 de PC de Jilotzingo, apoyados con seis motos y dos drones.
En Jilotzingo “el bosque sigue caliente y aunque en muchas hectáreas ya sólo quedan cenizas, al caminar por la zona las botas de los voluntarios se derriten”, señaló la edil.







