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El sistema judicial mexicano ha vuelto a poner en el ojo del huracán a uno de los criminales más temidos de la década de los 90.
Recientemente, se dio a conocer que un tribunal federal dictó una sentencia de absolución en favor de Daniel Arizmendi López, alias "El Mochaorejas", respecto a uno de los delitos de secuestro que se le imputaban.
Esta noticia ha generado una fuerte sacudida mediática, despertando interrogantes sobre si el hombre que aterrorizó al país mutilando a sus víctimas podría recuperar su libertad.
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La decisión de los magistrados no se basa en la inocencia probada de los actos, sino en fallas críticas al debido proceso. Según los reportes judiciales, se detectaron irregularidades graves en la obtención de pruebas y testimonios fundamentales para este caso específico.
La justicia determinó que existieron violaciones a los derechos fundamentales del procesado, lo que invalidó la sentencia previa relacionada con este expediente particular.
Esta resolución se suma a una serie de recursos legales que la defensa de los hermanos Arizmendi López ha interpuesto durante años, argumentando que muchas de las confesiones iniciales fueron obtenidas bajo métodos de coacción o tortura, lo cual obliga a los jueces a desestimar dichas evidencias bajo el marco legal actual.
¿Saldrá de la cárcel "El Mochaorejas"?
Es fundamental aclarar que la absolución por este delito no implica la libertad inmediata de Daniel Arizmendi.
El exlíder de la banda de secuestradores enfrenta múltiples condenas acumuladas que suman cientos de años de prisión.
"El Mochaorejas" cuenta con un historial de más de 20 causas penales activas y sentencias firmes por delitos que incluyen:
- Homicidio calificado.
- Delincuencia organizada.
- Privación ilegal de la libertad en diversas modalidades.
- Portación de armas de uso exclusivo del Ejército.
Por lo tanto, aunque un juez lo haya exonerado de un cargo específico este 24 de diciembre, el sistema penitenciario mantiene vigentes las demás sentencias que lo vinculan al Penal del Altiplano, donde cumple su castigo.
El oscuro legado de una banda criminal
La figura de Daniel Arizmendi representa una de las etapas más violentas en la historia de la seguridad pública en México. Su modus operandi, consistente en enviar las orejas de sus víctimas a sus familiares para presionar por el pago del rescate, dejó una marca imborrable en la sociedad.
La detención de la banda en 1998 fue celebrada como un triunfo de la justicia; sin embargo, las recientes resoluciones evidencian los retos que enfrenta el Poder Judicial para mantener sentencias sólidas frente a los estándares modernos de derechos humanos y procesos penales.










