PERÚ. – Vestido de verde, con botas negras y una sonrisa que contrasta con el clima de inseguridad, Jeferson Castro no sale a las calles para robar la . Al contrario: la reparte. En su mototaxi (adaptado como un trineo rodante con luces y adornos), este conductor limeño se ha convertido en una postal urbana en medio de una capital marcada por el estado de emergencia.

Castro bautizó su vehículo como “Motonoel”, una fusión entre ingenio popular y que ha ganado notoriedad en Lima. Desde el mototaxi, saluda a peatones y pasajeros, posa para fotos y provoca risas.

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En una Lima que convive con la incertidumbre, la historia de Jeferson Castro se abre paso como un relato humano y cercano. La “Motonoel” avanza entre bocinazos, recordando que incluso en tiempos difíciles, la ciudad aún puede encender sus propias luces.

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