Opinión

Factor testigo

Yohanan Díaz

OPINIÓN 19/12/2021 12:23 Yohanan Díaz Actualizada 12:23

Garry Nolan, profesor de Patología en la Universidad de Stanford, ha realizado una investigación centrada en las personas que aseguran haber vivido encuentros tanto con objetos voladores no identificados como con supuestas entidades ajenas a nuestro mundo. 

En una reciente entrevista que ha concedido al medio Vice, asegura que lleva más de una década estudiando este tipo de fenómenos y, actualmente, gracias al respaldo de los servicios secretos y de los militares de Estados Unidos, aplica su campo de estudio en ayudar a poner luz sobre los encuentros entre pilotos militares estadounidenses y objetos aéreos anómalos. 

Cuando se le pregunta acerca de los análisis que ha realizado a los cerebros de estos testigos, afirma: “si alguna vez ha mirado una resonancia magnética de alguien con esclerosis múltiple, hay algo llamado enfermedad de la materia blanca. Deja cicatrices. Es una gran mancha blanca o múltiples manchas blancas, esparcidas por la resonancia magnética. Es, esencialmente, tejido muerto, donde el sistema inmunológico ha atacado al cerebro. Eso es probablemente lo más cercano a lo que podría llegar si quisiera ver una instantánea de una de estas personas. Rápidamente se puede ver que algo anda mal”. 

Cabe destacar que, en su investigación, este científico ha analizado un centenar de cerebros de testigos de este tipo de encuentros, todos personal militar o gubernamental de Estados Unidos, esto es, testigos de una alta cualificación. 

Garry Nolan percibió, igualmente, que estos testigos presentaban una conexión excesiva a nivel neuronal, por lo que se pregunta si al haber estado en contacto con estos fenómenos desconocidos no les ha provocado esta anomalía en el cerebro. También es importante señalar que una cuarta parte de las personas analizadas por Nolan murieron a causa de sus heridas, tras haber tenido encuentros con objetos o entidades anómalas. 

Todavía queda mucho por investigar, pero estudios como el de Garry Nolan llegan a la conclusión de que los testigos expuestos a los ovnis o a entidades denominadas extraterrestres sufren cambios a nivel cerebral, lo que supone que, de alguna manera, cuentan con una prueba de que vivieron esas experiencias, porque existe una huella a nivel cerebral que así lo atestigua. 

Desde hace décadas, los investigadores del fenómeno ovni se han percatado de que los testigos ovni a menudo sufren una modificación a nivel de personalidad o a nivel espiritual después de haber sido testigos de lo imposible. Incluso han llegado a afirmar que poseen cualidades con las que antes no contaban, como por ejemplo el contar con un don especial para la música, o para las artes, a nivel general, o mejorar notablemente su rendimiento académico cuando, antes del encuentro, eran alumnos mediocres. 

Todos estos detalles todavía deben ser investigados a nivel científicos, pero el estudio de Garry sienta un gran precedente al demostrar que todos los testigos analizados sufrieron cambios parecidos a nivel cerebral tras tener sus encuentros con ovnis. 

Otro detalle interesante es el de que haya personas que han fallecido a causa de las consecuencias físicas del encuentro, lo que pone en valor la evidencia de tantas personas que murieron tras haber vivido encuentros cercanos con objetos voladores no identificados y con sus tripulantes. 

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