Opinión

Existen diversos lugares para el “contacto con otras realidades” en la República Mexicana, es decir, sitios donde constantemente hay avistamientos de objetos voladores anómalos de diversos colores, formas y tamaños, y que en muchas ocasiones también se dan encuentros fortuitos con seres de apariencia no humana, seres que están aparentemente interesados en realizar investigaciones, análisis de nuestro mundo y de cómo interactuamos entre nosotros e, incluso, se habla de que en algunos de los casos “ellos” dan mensajes para alcanzar niveles superiores de conciencia.

En mi trabajo de recopilar testimonios, dando seguimiento a los casos en la zona del desierto al norte del país, hay decenas de casos donde se afirma de la presencia de extrañas entidades vestidas de blanco o semitransparentes de un color fósforo, es decir, que brillan en la oscuridad, que al parecer recogen piedras y plantas de la zona donde se encuentran; se trata de sitios poco accesibles, pero que al parecer a estas entidades se les hace muy sencillo llegar y comenzar a cumplir con su agenda, por lo que podríamos intuir que ellos no vienen a vacacionar a nuestro planeta, sino a investigar.

Un caso que ha llamado la atención ocurrió en La Rumorosa, Baja California, cuando el periodista e investigador Jaime Maussan, junto a un grupo de investigadores, vieron con binoculares a pequeños seres que emitían una gran luminosidad, que eran delgados y que se desplazan en un solo sitio, una experiencia que sucedió en 1997. 

Este incidente se desprendió de la investigación sobre unos jóvenes que afirmaron que en el desierto se toparon con unos extraños seres muy delgados, fluorescentes, que se movían lentamente por el área; mientras esto sucedía en el suelo, en el cielo había, según los testigos, varios objetos voladores que realizaban diversas figuras; lo interesante del caso es que esos seres recogían piedras y los ponían en pequeños contenedores que llevaban en sus manos, para después ponerlas en un objeto que flotaba muy cerca de ellos.

Otro punto muy importante es cuando existen fotos y videos en ciertos sitios donde se ve la presencia de misteriosos objetos voladores, por lo que podemos afirmar que se trata de algo que se debe investigar; esto es precisamente lo que pasó en los 90 en Tepoztlán, Morelos, donde se reportaron avistamientos de ovnis, personas que contactan con seres de luz e, incluso, hay quien afirma que a través de la información que les han proporcionado los extraterrestres pueden curar de diversas enfermedades. 

Un sitio en donde desde la antigüedad se hablaba de duendes, de fantasmas y de los “pedacitos de Sol que en las madrugadas bajaban a saludarnos”, como recuerdan algunos lugareños que sucedía, pero a la luz de la investigación ovni debe darse otra interpretación.

En los 70, se dio a conocer una hipótesis de trabajo que afirmaba que para que en un lugar se aparezcan ovnis debía de cumplir con varias características, entre las que se encontraban que existieran asentamientos de culturas antiguas, ríos o lagunas, así como zonas poco pobladas.