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En dos motonetas rojas, llegaron a la Calle Artículo 127, la esposa y el hijo de Noé porque les avisaron que falleció tras caer del camión de basura donde trabajaba.
Eran las tres de la tarde cuando la unidad recolectora, perteneciente a la alcaldía Iztacalco, se estacionó frente al número 303 en la colonia Nueva Santa Anita.
En la parte trasera superior se encontraba Noé acomodando unas colchas. El peso le ganó y cayó de un altura aproximada de 3 metros. Se golpeó la cabeza y murió.
-Él es su chavito-, comentó un señor señalando al joven, de unos 25 años, quien llegó en la motoneta roja.
Al enterarse de la muerte de su padre, aventó el casco y soltó en llanto.
La consternación y rabia también alcanzó a un grupo de trabajadores de limpia, quienes atestiguaron el accidente. Especialmente a uno de ellos, la tragedia lo golpeó tan fuerte que tuvieron que sacarlo a la fuerza del área del accidente porque no podía dejar de gritar.
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Los testigos trataban de ver el cadáver de Noé, pero era imposible porque los montículos de basura y una bolsa negra lo tapaban.
Unas cinco patrullas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), sector Pantitlán, resguardaron el sitio. Ahí también llegó una unidad de Protección Civil de la alcaldía.
Alrededor de las cinco de la tarde, arribó una ambulancia forense de la Fiscalía capitalina.
Los peritos tuvieron que lidiar entre los montones de basura para retirar el cuerpo del señor Noé, quien fue recordado como un buen compañero de trabajo.
