El día de hoy te contaré la historia de uno de los casos más perturbadores y sorpresivos en la historia criminal de Canadá, el de Bruce McArthur, conocido como “El jardinero asesino”, un hombre que llevaba una doble vida tan aparentemente normal que incluso sus clientes lo describían como “amable”, “puntual” y “trabajador”, sin sospechar que detrás de esa fachada escondía una serie de crímenes macabros que conmocionaron a Toronto.

La historia salió a la luz en 2017, cuando varios integrantes de la comunidad LGBT del barrio Church-Wellesley desaparecieron sin dejar rastro. Los casos parecían no tener relación, pero las familias insistían en que algo no estaba bien: todos los desaparecidos eran hombres, muchos inmigrantes o personas vulnerables, y varios habían tenido contacto con un hombre mayor, amable… y aparentemente inofensivo.

Ese hombre era Bruce McArthur.

¿Quién era Bruce McArthur, “El jardinero asesino”?

Thomas Donald Bruce McArthur nació en 1951, en Ontario, Canadá. Durante gran parte de su vida trabajó como vendedor y posteriormente como jardinero profesional. Para todos, Bruce era un hombre tranquilo, educado y servicial. Se dedicaba a arreglar jardines, podar árboles y decorar patios. De hecho, muchas familias lo consideraban “de confianza”, al grado de entregarle llaves de sus casas para trabajar sin supervisión.

Pero bajo esa apariencia amable, McArthur ocultaba una vida paralela llena de fantasías violentas. En 2010, ya con más de 60 años, fue denunciado por agredir a un hombre, aunque el hecho no pasó a mayores, nadie imaginaba que ese sería el primer indicio de un horror mucho mayor.

Durante su estancia en Canadá llegó a trabajar como imitador de Santa Claus durante las fiestas decembrinas.

Ángeles Caídos: El jardinero asesino que usaba los restos como abono
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Modus Operandi

Bruce McArthur utilizó su posición y su edad para ganarse la confianza de hombres pertenecientes a la comunidad gay de Toronto. Sus víctimas eran inmigrantes, solicitantes de asilo o personas con poca red de apoyo, lo que hacía más difícil que alguien los buscara inmediatamente.

El modus operandi de McArthur era tan meticuloso como aterrador: tras atraer a sus víctimas a su domicilio, las asesinaba y posteriormente desmembraba sus cuerpos. Lo más impactante fue donde escondió los restos: los enterró dentro de macetas gigantes, contenedores de jardinería y hasta en los jardines de sus propios clientes, lugares donde trabajaba todos los días.

La policía tardó años en conectar los casos, pero finalmente, gracias a vigilancia encubierta y análisis de datos, lograron estrechar el cerco sobre él.

La captura del jardinero asesino

El 18 de enero de 2018, la policía irrumpió en la casa de McArthur justo en el momento en que estaba a punto de atacar a otra de sus víctimas. Lo arrestaron de inmediato y comenzaron un registro exhaustivo de todas las propiedades donde trabajaba.

El hallazgo fue devastador: en macetas, bolsas de tierra y jardineras se encontraron restos humanos pertenecientes a ocho hombres. McArthur había utilizado su trabajo para ocultar los cuerpos a plena vista.

El juicio y la condena

En 2019, Bruce McArthur fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional durante 25 años, la sentencia más alta permitida en Canadá. Durante el juicio, no mostró remordimiento ni emoción alguna al escuchar la descripción de sus crímenes.

Hasta hoy, el caso de McArthur sigue generando indignación y miedo, pues evidenció fallas en la protección de comunidades vulnerables y mostró que un asesino serial puede ocultarse tras la imagen más cotidiana: la de un jardinero amable que cuida flores mientras entierra la oscuridad bajo la tierra.

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