El día de hoy te platicaré una historia que estremeció no solo a , sino al mundo entero, el espeluznante caso de Luis Alfredo Garavito Cubillos, apodado “La Bestia” o “El Monstruo de Génova”, considerado uno de los asesinos seriales más despiadados de la historia, responsable del abuso y asesinato de casi 200 niños entre 1992 y 1999.

El caso de salió a la luz pública en octubre de 1999, cuando autoridades colombianas encontraron restos óseos de varios niños en un cañaduzal del municipio de Villavicencio. Cerca de los cuerpos hallaron una serie de objetos personales, incluyendo gafas rotas, notas y botellas de licor, pistas que, poco a poco, empezaron a conectar con un patrón criminal sistemático y atroz.

A partir de ahí, comenzó una investigación que reveló un infierno oculto: durante más de siete años, Luis Alfredo se dedicó a cazar, abusar y asesinar cruelmente a niños en situación de calle, pobreza o abandono, utilizando disfraces y engaños para ganarse su confianza.

Ángeles Caídos: Alfredo Garavito, el mayor infanticida de la historia ¿Por qué asesinó a casi 200 niños?
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¿Quién era Luis Alfredo Garavito, “La Bestia de Colombia”?

Te preguntarás quién era este hombre detrás de una de las mayores atrocidades cometidas en América Latina. Luis Alfredo Garavito nació en 1957 en Génova, Quindío, y tuvo una infancia marcada por la violencia, el abuso físico y sexual, y el abandono familiar. Trabajó como vendedor ambulante, payaso, monaguillo, todo mientras mantenía una fachada de hombre solitario pero funcional.

Las autoridades descubrieron que Garavito utilizaba múltiples identidades falsas y se disfrazaba de sacerdote, trabajador social o representante de fundaciones para acercarse a sus víctimas, a quienes ofrecía comida, juguetes o dinero. Una vez que se ganaba su confianza, los conducía a lugares solitarios donde los torturaba, abusaba de ellos y luego les quitaba la vida.

¿Qué crímenes se le atribuyen a Luis Alfredo Garavito?

La Fiscalía colombiana lo responsabilizó por el asesinato de casi 200 niños, aunque el número real podría superar los 200. Las víctimas tenían entre 6 y 16 años y fueron encontradas en distintos municipios del país. Garavito confesó los crímenes con una frialdad perturbadora, describiendo detalles, fechas y lugares exactos.

Durante los interrogatorios, Garavito admitió que actuaba bajo impulsos incontrolables y afirmó que se sentía poseído por una fuerza oscura. Lo más perturbador fue que llevaba una especie de diario con anotaciones sobre cada crimen cometido.

Colombia en shock

El caso de Luis Alfredo Garavito causó conmoción y repudio en toda Colombia y generó un debate profundo sobre las leyes penales, ya que, a pesar de la magnitud de sus crímenes, la legislación colombiana no permitía la cadena perpetua ni la pena de muerte.

Garavito fue condenado en el año 2000 a más de 1,850 años de prisión, pero debido a los beneficios legales por colaboración, su sentencia fue reducida a 40 años, lo que provocó una ola de indignación nacional e internacional.

¿Qué pasó con Luis Alfredo Garavito “La Bestia de Colombia”?

Garavito permaneció recluido en una cárcel de alta seguridad en Valledupar, hasta que el 12 de octubre de 2023, falleció a los 66 años, producto de un cáncer terminal. Su muerte cerró uno de los capítulos más oscuros de la historia criminal latinoamericana, aunque las secuelas de su crueldad siguen presentes en las familias de sus víctimas.

Este caso nos recuerda la importancia de proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad, de revisar las leyes penales y de fortalecer los mecanismos de prevención para que atrocidades como esta nunca vuelvan a repetirse.

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¿Qué tan cruel era Luis Alfredo Garavito?

Luis Alfredo Garavito empleaba diversas métodos para asesinar a sus víctimas. En ocasiones, las ataba a un árbol y colocaba navajas en sus manos, mientras les tocaba los glúteos para provocar sangrado y disfrutar de su sufrimiento. Este comportamiento se originó en su juventud, cuando su padre lo obligaba a prostituirse con su mejor amigo, un barbero. Durante esos abusos, el barbero le enseñó a usar navajas, lo que desarrolló su posterior fascinación por ellas.

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