
(Imagen: Especiales)
Al ver a Agustín en el Maniqueísmo, Santa Mónica se sintió agobiada, llegando a rezar como pedir por su hijo a Dios, con la finalidad que éste tomará el camino de la rectitud. Incluso cuando su primogénito viajó a Roma, ella lo siguió para cuidarlo de las malas compañías, concluyendo el traslado hasta Milán, donde después tener amplias charlas con Agustín logró llevarlo por el camino de Dios y verlo bautizarse.
Tras lograr ver a su hijo por el camino correcto y ya con rumbo a Argelia, Santa Mónica falleció de una fuerte fiebre, no sin antes expresar su felicidad por ver a su primogénito reformado, guiado por la palabra de Dios.
Por su historia y sus logros a Santa Mónica se le considera la abogada de las madres con hijos descarriados, pues las progenitoras pueden pedir a dicha santa al tener una dificultad con su vástago o bien encomendárselo para que sean guiados hacía el camino de Dios

(Imagen: Especiales)
Gloriosa Santa Mónica, Madre abnegada, maravilloso ejemplo, protectora de los hijos, nuestros hijos.
En tus amorosos brazos yo deposito hoy a mi hij@ (mencionar el nombre) para su guarda y custodia y para que por medio de tu poderosa intercesión pueda alcanzar verdadera devoción a La Santísima trinidad.
Dios Padre, Cristo Nuestro Señor y al Espíritu Santo, un solo Dios verdadero que nos ha creado y que habita entre nosotros.
A ti también acudo madre de las madres para que pidas a Nuestro Señor me conceda el mismo Espíritu de oración incesante que a ti te concedió.
Junto con la gracia de la abnegación, sabiduría y discernimiento a la hora de cuidar y educar a mi hijo.







