Incluye una formación integral que enfatiza valores universales y principios éticos que pueden ser beneficiosos para el desarrollo del niño:
1. Solidaridad y empatía: Se enseña a los niños la importancia de ayudar a los demás y ponerse en el lugar del prójimo.
2. Honestidad e integridad: Se enfatiza el valor de la verdad y la importancia de actuar con rectitud.
3. Respeto: Tanto hacia uno mismo como hacia los demás, incluyendo el respeto a la diversidad de creencias y culturas.
4. Responsabilidad: Se fomenta que los niños asuman compromisos y entiendan las consecuencias de sus acciones.
5. Gratitud: Se promueve una actitud de agradecimiento por lo que se tiene y por quienes nos rodean.
6. Perdón: Se enseña la importancia de perdonar y pedir perdón, habilidades cruciales para las relaciones interpersonales.
7. Autocontrol: Se fomenta la reflexión sobre los propios actos y la importancia de controlar los impulsos negativos.
8. Servicio a la comunidad: Se alienta a los niños a participar en actividades de ayuda comunitaria.
9. Amor y compasión: Se promueve una actitud de cariño y comprensión hacia los demás.
10. Disciplina y perseverancia: A través del proceso de preparación, los niños aprenden a comprometerse con un objetivo a largo plazo.
Estos valores y principios éticos son universalmente reconocidos y pueden contribuir positivamente al desarrollo del carácter del niño, proporcionándole herramientas para enfrentar desafíos futuros y convertirse en un miembro responsable de la sociedad.
La Primera Comunión es una de las ocasiones más santas e importantes de los católicos. Es la primera vez que una persona recibe el Sacramento de la Sagrada Eucaristía.







