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El mercado de verano ha sido un torbellino para Nico Jackson, pero la historia ha tenido un final feliz.
El Chelsea y el Bayern de Múnich han llegado a un acuerdo para que el delantero senegalés se una al club bávaro en calidad de cedido hasta el final de la temporada.
Con este movimiento, los clubes cierran un fichaje que estuvo a punto de venirse abajo por completo.
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Un giro inesperado y una decisión firme
La negociación estaba prácticamente cerrada el pasado fin de semana, con el jugador en Múnich listo para firmar. Sin embargo, una lesión de Liam Delap durante un partido del Chelsea contra el Fulham hizo que el club londinense diera marcha atrás, exigiendo el regreso de Jackson.
Pero el atacante no se rindió: se negó a volver a Londres y mostró su firme deseo de cumplir el compromiso.
Tras un breve estancamiento, las conversaciones se retomaron, sellando el acuerdo por una cesión que, según reportes, le costará al Bayern de Múnich unos 17 millones de euros, con una opción de compra obligatoria fijada en 65 millones de euros.
Un fichaje que resuelve dos problemas
La salida de Jackson se da a pesar de que llegó al Chelsea el año pasado proveniente del Villarreal por 23 millones de euros, y de haber anotado 30 goles en 81 partidos. Aún así, no logró convencer al técnico Enzo Maresca, quien ha optado por reforzar su ataque con las incorporaciones de João Pedro y el ya mencionado Liam Delap.
Para el Chelsea, esta cesión representa un respiro financiero, ya que con ella superan los 300 millones de euros en ingresos por traspasos este verano.
Este balance positivo es crucial para evitar más sanciones de la UEFA, organismo que ya les había impuesto una multa de 30 millones por incumplir el Fair Play Financiero y les advirtió sobre un castigo adicional de 60 millones y la imposibilidad de inscribir jugadores en la Champions League si no lograban un balance positivo.








