Esta semana se estrenó en México la nueva versión de la cinta Nosferatu (1922) y la cinta contemporánea del cineasta Robert Eggers, y ha sido tal el grado de interpretación de uno de sus protagonistas, que muchos se han preguntado si en verdad es un vampiro, esto por el halo terrorífico y diabólico en el que se vio envuelto en la producción.

De entrada, hay que destacar que la historia en su toque contemporáneo ha sido muy bien recibido por la crítica, resaltando el toque gótico, malévolo que Eggers ha puesto como sello en sus anteriores filmes: ‘La Bruja’ o ‘El Faro’.

Sin embargo, las historias que se cuentan alrededor de este esperado remake, que no es tan común si se toma en cuenta que es la temporada de los filmes navideños, aumentan dando un mayor misticismo a la estrenada producción.

Lee también: Paty Navidad relata su encuentro con Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”

Y estas referencias involucran al actor Bill Skarsgård (‘Eso’), quien encarna al Conde Orlok, así como a su compañero Nicholas Hoult, quien da vida a Thomas Hutter, la persona que pretende acabar con el no muerto.

A decir de Nicholas, quien habló para el portal IndieWire, la transformación de su compañero en un ente maligno parece “aterrador” en la cinta: “No es Bill”, dijo contundente.

“Eso es lo preocupante”, añadió Nicholas Hoult. “Ofrece una interpretación realmente transformadora en la que no queda nada de Bill y eso asusta e intimida. Su voz, su físico, es decir, el maquillaje que tiene es realmente un personaje maravilloso e hizo un hermoso trabajo de personaje con él”.

pelicula-terror.jpg
pelicula-terror.jpg

Foto: (IMDB)

Pero fue el mismo Bill quien describió el proceso de dar vida al conde, quien prácticamente succionó todas sus energías.

La estrella de Hollywood declaró previamente a la revista ‘Empire’, sobre ponerse en la piel del siniestro vampiro: “Cuando terminamos, pensé: ‘Nunca más quiero interpretar algo tan malvado. Y nunca más quiero ponerme prótesis’. Dar vida a Orlok realmente me agotó, es un hechicero oculto, y me afectó en términos de tratar de habitar ese espacio.

“La voz fue lo que más trabajé. Durante un mes y medio antes del rodaje, no hice mucho más que grabarme, y en el set seguía haciendo estos ejercicios. Sueno un poco como el canto gutural mongol. Es una locura”, confesó en su momento.  

Google News