Salimos buscando cobre y encontramos oro (blanco). Porque luego de un año lleno de festivales masivos que terminan por pasarle factura a tus rodillas, es una delicia escuchar poesía rocanrolera en un íntimo concierto del español Mikel Erentxun. Es el orden después del caos. 

Y no, claro que no es queja, ya nos comimos algunos festivales y conciertos sueltos de heavy metal, música electrónica, rock latinoamericano, gótico y britpop, de tal suerte que en los últimos suspiros de este año, llegar a un recinto con mesitas y sillas, para desde ese confort darle un beso a tu ginebra, sentir en tus labios ese elixir mientras esperas la salida del ex Duncan Dhu, nos llenó de mucha paz.

Poco antes de llegar a La Maraka, punto de encuentro capitalino donde se realizó este concierto y que antes fue una catedral exclusiva de la música tropical, publiqué en redes sociales que cómo era posible que Enanitos Verdes siguiera luego de la muerte de su vocalista, Marciano Cantero.

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Y es que la banda argentina, ahora liderada por Felipe Staiti (guitarrista y ahora también vocalista), tocaba al mismo tiempo en otro foro de la Ciudad de México. Fue entonces un miércoles de conciertos, en el que resultó irónico no poder ver a los Enanitos Verdes sin Marciano, pero sí a Mikel Erentxun sin Duncan Dhu.

Mikel nos regaló un concierto semi acústico, que, como repito, después de la vorágine festivalera que traemos arrastrando, nos sirvió de respiro, con temas como ‘Cicatrices’, ‘Veneno’, ‘Rozando la eternidad’, y su versión de ‘Esta luz nunca se apagará’, original de The Smiths, que el español se adueñó esa noche para poner a todos de pie, y cantar como si estuviéramos en el mismo Manchester, en el País Vasco o en una escena del filme ‘500 días con ella’.

“Y si estoy solo esta vez, no es casualidad / morir por ti sería un lento y bello final”, sonó en español ese canto ideado inicialmente por el poeta inglés Patrick Morrissey. 

 Otra deliciosa ginebra con tónica y Mikel cerró con dos himnos de su viejo repertorio: ‘A un minuto de ti’ y ‘En algún lugar’, las cuales sonaron potentes y sanadoras, en una velada de esas que quedan marcadas, y que se tiene que repetir pronto. 

ENCORE

En tiempos en los que hay escasez de recintos para conciertos, La Maraka (ubicado en Eugenia y Mitla, col. Narvarte, CDMX) se mantiene firme con una amplia cartelera que lo mismo tendrá esta noche a Cuca y La Lupita, pero que también da cabida a exponentes pop como Kalimba y Yahir para el 9 de diciembre. Y contando.

CONTACTO / Mil Usos Rock

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