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Una nube de fuego envolvió el coche de Alfonso Pérez Gómez, quien conducía rumbo a Chimalhuacán. Aunque las llamas lo alcanzaron, el conductor de una combi lo rescató y evitó que muriera calcinado tras la explosión de la pipa de gas en el Puente de la Concordia.
El instante del horror
Eran las 2:20 de la tarde y el tráfico avanzaba con normalidad sobre el puente. Alfonso iba con tiempo para recoger a su novia. De pronto, una nube blanca comenzó a subir del primer piso y en segundos las llamas alcanzaron los vehículos que circulaban por la cima.
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Alfonso pensó que abandonar su coche y correr sería suficiente para salvarse, pero el fuego fue más rápido que sus pasos.
El héroe inesperado
Su hermana cuenta que “un ángel salvó de la muerte a Alonso”. Se trató del conductor de una combi que, al verlo envuelto en llamas, le arrojó agua y lo ayudó a subir a la camioneta para alejarlo de la zona de peligro.
Ya en Calzada Zaragoza, el chofer le ofreció llevarlo a un hospital. Alonso, aún consciente, se negó: no sentía dolor, sólo pensaba en su coche, su herramienta de trabajo.
La lucha por su vida
Alonso tiene 53 años, vive en Chalco y trabaja en la construcción. No cuenta con contrato ni seguro social; su automóvil es esencial para transportar material a las obras.
Su familia relata que personal del gobierno acudió al hospital y les aseguró que los gastos médicos estarían cubiertos en el Rubén Leñero hasta su alta.
Sin embargo, la preocupación persiste: los médicos advirtieron que será necesario intubarlo, algo que para su familia es sinónimo de riesgo de muerte.









