El olor a manzana fermentada permea la fábrica de la familia Morales, quienes han llevado la marca Maipú durante cuatro generaciones a varios estados de la república. Su bisabuelo Tomás Morales fue el fundador de la marca en 1935. “La hacemos por tradición”, comenta Óscar.
Sin embargo, la producción para ellos y para el resto de las casas sidreras se ha complicado, debido a la escasez de la manzana en el municipio. “La manzana ya no se está cosechando, los árboles frutales en Huejotzingo están prácticamente extintos”.
El cambio generacional y la llegada de industrias textiles y automotriz han hecho que se pierdan los espacios de cultivo de la manzana, materia prima de la sidra. Los productores se han visto en la necesidad de traer la manzana de los municipios aledaños.
30 mil botellas produce la familia Morales de la bebida.
Prueban sabores, como durazno, pera, arándano, frutos rojos, incluso una variedad con diamantina comestible para atraer a los jóvenes.







