Cuando Daniela y Humberto iban a iniciar su carrera universitaria, se enteraron de que iban a ser papás.

El sueño universitario de ambos se truncó, y con el advenimiento de su primogénito tuvieron que buscar empleo. Nueve meses después, nació Tomás, por quien ambos padres continuaron trabajando.

Cuando Tomás ya contaba con cinco años de edad, Daniela y Humberto encontraron mejores empleos, que los obligaba frecuentemente a salir a otros estados.

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Esta situación les complicó el cuidado del pequeño Tomás, quien ya en el nivel preescolar requería más a menudo que algún familiar estuviera con él, y contará con facultades plenas para tomar decisiones.

Los padres de Daniela se hacían cargo de él en ausencia de sus progenitores, por lo que un familiar les recomendó ceder la guarda y custodia a los abuelos.

También les recomendó hacerlo con el servicio de mediación familiar que brinda el Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la CDMX (Niños Héroes 133, colonia Doctores, Cuauhtémoc), en un trámite sin abogados, gratuito y con el cual se firma un convenio, con la fuerza legal de una sentencia.

Una vez que recibieron el servicio de premediación, en la que personal del CJA explicó a padres y a abuelos los alcances del servicio, se citó a una sesión de mediación, la cual fue suficiente para que Daniela y Humberto cedieran la guarda y custodia de Tomás a sus abuelos, Roberto y Alma.

Esto, con miras a mantener sus buenos empleos y sus buenos ingresos, con el único fin de asegurar un buen futuro para Tomás.

Una vez que firmaron el convenio de mediación, padres y abuelos expresaron su satisfacción por contar con procedimientos de esa naturaleza, que facilitan la vida de las personas.

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