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Ambos conocían del servicio de mediación del Centro de Justicia Alternativa del Poder Judicial de la CDMX, en Niños Héroes 133, colonia Doctores, pues en alguna ocasión dirimieron ahí un diferendo con un cliente, y entonces generaron cita para mediación familiar.
El mediador familiar les explicó que, como tal, el divorcio era competencia del juez; sin embargo, les aclaró que, con la mediación, podía resolverse la liquidación de bienes de la sociedad conyugal, paso fundamental para que el impartidor de justicia dictará la sentencia de divorcio. En una segunda sesión, ambos llevaron una propuesta de repartición de los bienes.
En casa, Magnolia y Calixto decidieron hacer sencillas las cosas: como juntos habían construido su patrimonio, acordaron dividirlo en partes iguales, así que, en un inventario, señalaron qué quedaba para cada uno.
En la segunda sesión, para sorpresa del mediador, todo fue muy fácil; así como lo habían estipulado, quedó asentado el convenio que firmaron. El mediador les explicó que el documento con fuerza legal de una sentencia, sería remitido a un juez en el trámite de divorcio, y con ello se avanzaba mucho hacia ese fin cordial.