PREGUNTA: Cuando tengo sexo con mi pareja, a veces disfruto muchísimo más los besos, el roce y el faje que la penetración misma. La verdad puedo pasar hooooras en el jugueteo previo, pero a mi chico eso le desespera... Incluso, me puedo venir sin que entre nada. ¿Es raro o soy yo la rara? Melissa F.

RESPUESTA: No eres rara, sólo estás alineada con la biología real del placer femenino y no por los mitos del porno. Para muchísimas mujeres, el punto máximo de excitación está en los besos, las caricias, el roce, el faje, el juego lento y todo eso que pasa antes de la penetración. Y sí, es completamente normal que puedas venirte sin que entre nada, porque tu clítoris (tu verdadero epicentro del placer) responde mucho más a la estimulación externa que a la interna. Lo que te pasa es que tu cuerpo sabe lo que le gusta, y eso es oro puro. El problema no eres tú, sino que a tu pareja le desespera algo que, para ti, es fundamental. Aquí la clave es conversar, explícale que no estás “alargando” el momento por capricho, sino que así funciona tu deseo. Puedes negociar ritmos, alternar sesiones más largas y otras más rápidas, o enseñarle qué te prende más. El sexo no es una carrera, es un lenguaje, y tú lo hablas bien clarito. No te disculpes por disfrutar el juego previo.

EL DATO

Solo 18% de las mujeres llega al orgasmo únicamente con penetración, mientras que la gran mayoría depende de estimulación externa, besos y faje, reporta el Instituto Kinsey.

PREGUNTA: Mi novio es ‘gamer’ y ahora trae la idea loca de que hagamos un ‘speedrun’, o sea, ver en cuánto tiempo logramos que él llegue o yo llegue al orgasmo. A mí me da risa, pero también me preocupa que eso nos vuelva robots. ¿Se vale o es mala idea? Renata A.

RESPUESTA: La idea suena curiosa porque viene del “gaming”, pero sexualmente puede ser una experiencia divertida si ambos le entran como un juego y no como obligación. Hacer un “speedrun” es básicamente lo mismo que un rapidín con cronómetro en mano con risas, adrenalina y morbo en el juego. Pero ojo: si se vuelve costumbre, pueden caer en el sexo mecánico, donde el objetivo es ganar tiempo y no disfrutar. Lo ideal es tomarlo como un experimento erótico ocasional: un día se acelera todo… y otro día se hace lo contrario: ‘slow sex’ o sexo lento a conciencia. Explícale que tú no eres nivel de videojuego, eres una persona con ritmos y deseo propio. Si se usa como dinámica divertida, suma; si se usa como métrica de desempeño, resta.

EL DATO

Un estudio de la Journal of Sexual Medicine encontró que las parejas que alternan sesiones rápidas y sesiones lentas reportan mayor satisfacción sexual que aquellas que repiten siempre el mismo tipo de encuentro.

PREGUNTA: A veces mi vulva huele rico, suavecito, casi a nada y otros días huele más fuerte, como ácido o metálico. No es feo, pero sí es distinto. ¿Es normal que cambie tanto o indica infección? Rocío L.

RESPUESTA: Chío, tu vulva no es aromatizante de ambiente: es un ecosistema vivo, y como tal, cambia. Así que es completamente normal que algunos días huela casi a nada, otros huela más ácido, otros más suave y otros un poquito metálico (sobre todo cuando la menstruación está cercana). Todos estos cambios se deben al pH, a las hormonas, a la ovulación, al sudor, a la dieta e, incluso, al nivel de excitación. Mientras el olor no sea fuerte, a pescado, muy penetrante o acompañado de comezón, ardor o flujo extraño, no hay infección. La vulva no debe oler a flores ni a nada artificial. Debe oler a vulva, que es sinónimo de salud. Si todo es cíclico y sin molestias, disfruta tu cuerpo sin miedo.

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