América llamó a su mamá para pedirle ayuda porque Luis Antonio la seguía. Él era su expareja y la y, después, darse dos tiros que lo mataron tras ingresar a un hospital.

Ella tenía 25 años y hace poco más de dos comenzó una relación con su feminicida, con quien pensó vivir en matrimonio. Y es que,, ella llegó a habitar con él en Tlalnepantla.

Así fue hasta que la conducta del hombre se tornó violenta. Las peleas, insultos y golpes obligaron a la mujer a denunciar a su y a dejar la casa que con él compartía.

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Pero ayer por la mañana, América salió a pie del domicilio donde su mamá le ofreció refugio.

¿Por qué, pese a las denuncias, América seguía en peligro?

Ella caminó por las calles de la colonia Granjas México, en Iztacalco, para dirigirse hacia su trabajo, pero antes del llegar al cruce de Río Churubusco y avenida Añil, se dio cuenta de que Luis Antonio la seguía.

Eran casi las 10:00 de la mañana cuando la mujer llamó a su mamá para pedirle ayuda. Al escucharla, la madre le pidió que se refugiara en una estación del Metro, mientras ella salía en su búsqueda, pero al llegar al lugar la encontró muerta.

Y es que, según los comerciantes y testigos del crimen, el feminicida la alcanzó y la abrazó para impedir que escapara. Aunque ella pedía auxilio, nadie en el lugar se acercó a ayudarla.

Sólo lograron ver al hombre cuando disparaba en tres ocasiones contra su víctima. Un balazo en la cabeza y dos más en el abdomen mataron a América antes de que su madre llegara.

Al verla inmóvil, el feminicida la abrazó para después darse dos tiros; uno en la cabeza y otro más al corazón. Los testigos que presenciaron lo ocurrido alertaron a policías y paramédicos, quienes hallaron a la víctima sin vida y al agresor herido.

Por eso, lo trasladaron al hospital en donde murió cuando era atendido por los médicos.

Fue la madre de América quien declaró ante los agentes que Luis Antonio era un trailero que acechaba a su hija desde que ella decidió terminar con su agresor. A pesar de las denuncias, la mujer no recibió vigilancia ni ayuda de las autoridades.

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