BUENOS AIRES. – Sus cachetes regordetes, sus panzas pronunciadas y sus ojos grandes han conquistado corazones de millones de personas en todo el mundo, pero parece que hay personas que están fastidiadas de ver , y no solo de peluche, sino de carne y hueso.

Eso sucede con unos vecinos de un barrio exclusivo de Buenos Aires, Argentina, que se quejaron de la proliferación de estos mamíferos —llamados en esa nación carpinchos—, pues pidieron sacar a los gigantes porque su proliferación era una plaga para ellos.

Los colonos inconformes del exclusivo complejo, argumentaron que su silueta regordeta, olor y las heces que dejan, generan accidentes, daños en jardines y son un riesgo para sus perros y mascotas que impactaban en la calidad de vida de las personas del vecindario.

Lee también:

Sin embargo, un tribunal analizó la queja y determinó que los intrusos son los humanos, pues el hábitat les pertenece a los capibaras.

Las autoridades fallaron que el barrio y los vecinos deben acoplarse al entorno natural de los carpinchos y además pidieron que se ponga fin a los rellenos, cercos y construcciones que alteren el hábitat de los animales.

Con ello, los defensores de los capibaras lograron frenar la urbanización desmesurada que impacta a estos animales que habitan en ese humedal de la capital argentina.

Google News

TEMAS RELACIONADOS