Su récord la coloca en una posición similar a la del brasileño Hugo Farias, quien mantiene el récord masculino de 366 días consecutivos, logrado en São Paulo durante 2023.
La corredora belga recorrió un total de 15,444 kilómetros durante el año, siguiendo una ruta circular en las afueras de la ciudad universitaria de Gante. Para garantizar la validez del récord, Dosogne cubrió 42.5 kilómetros diarios, superando la distancia oficial del maratón de 42.195 kilómetros.
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Durante su travesía, Dosogne enfrentó diversos obstáculos, incluyendo gripe, COVID-19, caídas, ampollas y bursitis. La corredora mantuvo un ritmo constante de 10 kilómetros por hora, lo que permitió que amigos y testigos la acompañaran durante sus recorridos.
La deportista, quien trabaja como bioingeniera en una empresa química, comenzaba sus días temprano para poder completar el maratón cada tarde. Su familia, incluyendo a su esposo, también corredor de maratones, y sus cuatro hijos, respaldaron este proyecto durante todo el año.
Un incidente notable ocurrió cuando Dosogne sufrió una caída a los 27 kilómetros de recorrido, resultando en un dedo dislocado. Tras la atención médica, reinició el maratón desde cero.
La iniciativa también tuvo un componente benéfico, pues Dosogne recaudó el equivalente a 1.2 millones de pesos para investigación sobre cáncer de mama, en colaboración con el Breast International Group.
El proceso de verificación del récord mundial incluirá la revisión de datos GPS, evidencia fotográfica y videográfica, además de reportes de testigos independientes recopilados diariamente. Se espera que Guinness World Records confirme oficialmente el récord en marzo próximo.
Tras esta hazaña, Dosogne planea participar en septiembre en el Spartathlon, una carrera de 246 kilómetros en Grecia, aunque afirma que no intentará superar la magnitud del desafío que acaba de completar.
