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Pete Hegseth, designado para dirigir el Pentágono, planteó la posibilidad de realizar "ataques de precisión" contra grupos criminales, mientras que el representante Mike Waltz, propuesto como asesor de seguridad nacional, presentó una iniciativa para autorizar el uso de fuerza militar contra cárteles.
Tom Homan, próximo responsable fronterizo, confirmó que Trump busca clasificar a estas organizaciones como grupos terroristas para habilitar operaciones especiales en su contra.
"El presidente Trump está comprometido a llamarlos una organización terrorista y utilizar todo el poder de las operaciones especiales de los Estados Unidos para sacarlos", dijo a la RS.
El senador Lindsey Graham impulsa legislación paralela para designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, lo que permitiría perseguirlos "donde estén", según sus declaraciones.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, otra integrante del equipo de seguridad nacional de Trump, desplegó efectivos de la Guardia Nacional en la frontera sur, calificando la situación como "una zona de guerra".
Trump planea exigir al gobierno mexicano detener el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos en un plazo determinado, antes de considerar una intervención militar, según las fuentes consultadas.
El debate sobre el alcance de una posible operación militar divide opiniones dentro del equipo de transición, desde propuestas de "invasión suave" con fuerzas especiales hasta opciones que contemplan guerra cibernética y operaciones de captura.
Esta estrategia marca un giro en la postura de Trump, quien anteriormente se presentaba como el candidato que terminaría con las "guerras sin fin", hacia una política de confrontación directa con organizaciones criminales en territorio mexicano.







