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En un país profundamente dividido, los votantes se volcaron a la promesa de Trump de cerrar la frontera sur prácticamente por cualquier medio, de resucitar la economía con aranceles al estilo decimonónico que restaurarán la manufactura estadounidense y de liderar una retirada de las situaciones complejas internacionales y los conflictos globales.
El republicano celebró su victoria, antes de que fuera definitiva, en una fiesta al efecto en West Palm Beach (Florida), cerca de su mansión de Mar-a-Lago. “Hemos logrado una victoria política que nuestro país no había visto nunca, nada como esto”, dijo. Prometió “ayudar a sanar el país”, que iniciará una “edad de oro”. “Vamos a arreglar todo lo que está mal en este país”, añadió. Acompañado, entre otros, por su mujer, Melania Trump, y el que será su vicepresidente, J. D. Vance, agradeció a Elon Musk también presente, su apoyo en la campaña. Por supuesto, pronunció su lema: “Hacer grande a Estados Unidos de nuevo”.

Foto: (AFP)
Su regreso someterá a una prueba de resistencia a la democracia estadounidense, dada su deriva autoritaria, en la que ha hablado de sus rivales políticos como el “enemigo interno” y ha amenazado con perseguirlos y con procesarlos. Los que sí pueden celebrar la victoria de Trump son los condenados por el asalto al Capitolio, a los que ha prometido indultar.
Trump además tendrá a su favor que los republicanos recuperen el control del Senado, que estaba en manos de los demócratas, lo que le permitirá avanzar con su agenda política.
Trump defendió su victoria en Carolina del Norte. Luego dio vuelta a Georgia tras haberlo perdido contra Biden en 2020 y luego lo hizo con Pensilvania, y finalmente Wisconsin, lo cual le permitió asegurarse las llaves de la Casa Blanca.
Con ello superó los 270 votos en el Colegio Electoral a falta de conocerse el resultado de varios estados, incluidos tres que iban a ser clave y ya no importaron: Michigan, Arizona y Nevada.
Harris ganó California, el estado con más votos electorales (54), mientras que Trump se impuso en Texas (40) y en Florida (30), que se confirma ya como bastión republicano. Pero los triunfos más importante los logró el magnate en Pensilvania, Georgia y Wisconsin.







