TANZANIA. – Las personas con
albinismo han vivido con miedo durante décadas en Tanzania, no sólo enfrentando discriminación por su apariencia, sino también son el objetivo de traficantes despiadados que pretenden ganar dinero con sus cuerpos.
Se sabe que los médicos
brujos buscan sus órganos y partes del cuerpo para hacer pociones y amuletos de la “suerte”, y se crean redes criminales que incluyen secuestradores, traficantes y asesinos para satisfacer esta macabra demanda.
Aquellos con esta
condición genética son excluidos de sus comunidades, pero también de sus propias familias, que pueden verse tentadas a traicionarlos y ofertarlos a vendedores de partes del cuerpo por enormes sumas de dinero.
Consciente del terror que enfrenta la población albina, el gobierno de Tanzania ha creado centros para protegerlos en los últimos años, que son nada menos que santuarios para este grupo en peligro.
La activista y fotógrafa Ana Palacios visitó el refugio Kabanga, una comunidad de mujeres y niños que viven con albinismo.
La falta de conciencia sobre qué es el albinismo ha dado lugar a discriminación y supersticiones en muchas partes de África. Un niño “blanco” puede ser un estigma para la familia y, a menudo, se le cuida menos. En algunas tribus, los niños albinos pueden ser asesinados al nacer, abandonados u ofrecidos para sacrificios rituales.