Pero entonces, una radiografía reveló tanto la ubicación del anillo de diamantes como la causa de la enfermedad de la niña: la joya estaba alojada en el abdomen.
Los médicos decidieron extirpar el anillo quirúrgicamente porque temían que el diamante pudiera ser potencialmente peligroso.
Los médicos retiraron con éxito la pieza mediante cirugía bajo anestesia general. Según los informes, la niña se recuperó bien y fue dada de alta del hospital después de dos días.