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Lo que vale la pena destacar es que pese a que la joven ya presentaba enrojecimiento en sus párpados, la esteticista que le realizó el procedimiento trató en todo momento de minimizar sus síntomas. Sin embargo, en cuestión de minutos, su rostro estaba hinchado y prácticamente irreconocible, lo que llevó a su esteticista a llevarla de urgencia al hospital.
El traslado al hospital resultó un viacrucis para la mujer, pues Shaunna estuvo luchando por respirar y temiendo por su vida. La inyección de adrenalina en el hospital fue crucial para abrir sus vías respiratorias y estabilizar, aunque su rostro permaneció hinchado durante días.
"Me costaba mucho respirar en el coche... Estaba tratando de no hablar porque era muy difícil respirar. Sentí que me iba a desmayar... Pensé que iba a morir. Pensé que si mi garganta se cerraba más moriría. Estaba jadeando por aire".
Los médicos diagnosticaron que Shaunna tenía alergia a la hialuronidasa, una enzima comúnmente utilizada en el proceso de disolver el relleno de labios. Su experiencia le ha enseñado que el riesgo de una reacción alérgica grave no vale la pena, y ha decidido no volver a recibir relleno de labios en el futuro.
"El médico me dijo que una segunda reacción suele ser 10 veces peor y que podría morir, así que no creo que vuelva a recibir relleno. Arriesgar mi vida no vale la pena", dijo.







