La salud mental, la del cuerpo y la financiera dominan las listas de buenos deseos y propósitos de año nuevo.

Pero también es una gran oportunidad para enriquecer el vocabulario y aprender a decirle a las cosas por su nombre.

Si como en la primaria aprendes una palabra cada día, el próximo 2 de enero el reto será otro. Prometido.

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Funderelele: Utensilio de cocina para servir helado y se asemeja a una cuchara grande

Glabela: El espacio que hay entre los ojos

Petricor: Olor que producen las primeras gotas de lluvia al caer sobre el pasto o la tierra seca

Herrete: Es un cabo de plástico, alambre o metal que se pone a los cordones o agujetas para que puedan entrar fácilmente por los agujeros de los zapatos

Vagido: Primer llanto o lamento del recién nacido

Fontanela: Es el espacio membranoso entre las diferentes partes del cráneo que coloquialmente se nombre “mollera”

Posprandio: La sensación de pesadez que llega después de comer

Fosfenos: Puntos blancos que se ven al cerrar los ojos

Ápice. La parte más delgada de una punta. Coloquialmente también se le puede llamar así al punto que va sobre la “i” y la “j”

Dysania: Trastorno del sueño que implica una imposibilidad de despertarse y salir de la cama. Es decir, tanto tu cuerpo como tu mente te indican una imperiosa necesidad de seguir durmiendo

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