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Son varios los factores que provocan la aparición del acné hormonal como estrés, exceso de cortisol (sustancia que se incrementa cuando nos sentimos preocupados o agobiados) y que genera brotes en la cara y cuerpo.
No todo es hormonal como se dicen comúnmente, es cierto que la alimentación juega y puede hacerlo de mala manera. El consumo de alimentos procesados o azúcares refinados podría ser detonador del problema.
La crisis se produce cuando brotan en la piel, pero los granos se desarrollan cuando los poros se tapan por el sebo generado en las glándulas sebáceas.
Normalmente el sistema glandular regula la cantidad sebácea, pero al crecer y vivir un estallido hormonal de la adolescencia se estimulan y generar exceso de sebo facial.
Ese es el escenario en el cual, junto con las células muertas, se tapan los poros, la piel se hincha, se enrojece y comienzan los brotes sin control.
No te calientes, porque el calor es aliado de las imperfecciones. Por el sudor natural se da un ambiente idóneo para la proliferación de bacterias.
Además, puede activar un brote de imperfecciones el no descansar correctamente. ¿Sabías que la falta de sueño puede alterar el mecanismo que regula la grasa en el cuerpo? Pues así es, duerme bien.
Tener la piel deshidratada también es de importancia, lo mismo que usar productos inadecuados para tu tipo de piel, que pueden resecarla y provocar que tus glándulas sebáceas produzcan más grasa de la necesaria, lo que produce algunos granos.
Verte bien se relaciona con la higiene, es cierto. Si a todos esos factores sumamos una mala rutina de limpieza el problema estalla por toda la cara.
Los lugares donde ataca el acné es la frente, mejillas, nariz, cuello, espalda, pecho, algunas veces aparecen en hombros y glúteos.
Para que lo sepas, no existe fórmula mágica para quitarse un grano de la cara en menos de un minuto, pero hay productos y trucos que ayudan a combatir la inflamación y a acelerar el proceso de curación:
1. Lava tu cara a profundidad, muchas veces las imperfecciones surgen por limpiar nuestra piel de manera superficial, así que es importante que implementes este paso al menos cada noche antes de dormir.
2. Aplica hielo sobre la afección: Envuelve un poco en un paño y aplícalo en el área inflamada de 3 a 4 minutos, puedes repetir este paso varias veces en el día para calmar y reducir la hinchazón.
3. No lo toques ni lo exprimas, sabemos que lo único que piensas es en eliminarlo, pero puedes provocar mayor enrojecimiento y que se inflame más. Al no lograr una limpieza necesaria o hacerla de manera brusca podría provocar cicatrices.
4. Asegúrate de usar los productos medicados correctos, es fundamental que identifiques bien tu tipo de piel para poder seleccionar productos que contengan ingredientes adecuados.







