Hay muchas maneras de terminar cuando estamos en esta posición: en mi cara, directamente en mi boca o en mis ‘lolas’.
Una vez, antes de que él explotara, me incline hacia atrás y mis piernas quedaron abiertas, así que su líquido calientito cayó en mi almendrita.
Me volvió loca sentirlo y cuando terminó de vaciarse, volví a meterme su miembro a la boca para levantarle el ánimo una vez más y que esta vez terminara pero dentro de mí.
Otra ventaja hermosa es que en esta posición puedo tocarme delicioso, incluso terminar y todo ese jugo caerá en el suelo, así que no se mancharán las sábanas.
Un ejemplo claro es cuando estoy en cuclillas, chupándolo delicioso, mi mano derecha esta sobre mi clítoris y jugando con mis labios, mientras mi mano izquierda me ayuda para masajear sus kiwis y mi boca lo da todo en su pistola.
Varias veces me ha pasado que mientras estoy chupándolo, me echo andar tanto, que justo antes de hacerlo terminar, paro bruscamente, me pongo de pie y me lo meto para dejar que me lo haga así de pie.
Junto mis pies y así se genera una presión en su pepino que hace que se ponga más duro y cuando termina, que quede todo bien adentro.
Las posiciones no siempre deben ser las mismas para no tener monotonía, pero sin duda cuando una te gusta más y la practicas más seguido, te haces experta en las mañas y encuentras cómo darle un giro a la situación, para que puedas seguir disfrutándola y cada vez sea distinta.
¿A ti que posición te gusta más para dar y recibir sexo oral? Les adoro de manera infinita y espero con ansias leernos la próxima semana.







