Nunca fui un niño de sonrisas ni tenía un perro ‘Firulais’. Yo no sacaba diez en inglés, ni era el preferido de la Miss. Yo era un chavito con tenis viejos y percudidos.
Lo vio marcharse de la vivienda sin sospechar que en los cuartos de al lado, su primo acababa de terminar con la vida de su hermano Saúl, de 22 años, y había herido de gravedad a su abuela Elpidia, de 66, a quien abandonó creyéndola muerta