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PREGUNTA
Qué hago si mi esposo come demasiado y cada noche, pesado del estómago, lo veo rodar en la cama, quejándose de su lenta digestión, con sueño, muchos gases apestosos y ronquidos de oso. Guango, sin energía ni para tener intimidad, como si él no fuera el único responsable de todo lo que se mete por la boca. Sus achaques lo hacen ver más viejo, y yo que siempre me he cuidado, que me siento sana, bonita, ligera, incluso más joven de lo que marca mi edad, no puedo acompañarlo sin sentir que su abandono personal arrastra mi vida. ¿Qué debo hacer?
RESPUESTA
Es duro ver descuidarse a quien amas, más aún cuando tú sigues con ganas de florecer. Se trata de hablar desde el amor, no desde la comparación. Hazle sentir que quieres una vida larga a su lado. Propón caminar juntos. Prepara cenas ligeras, y trata de reírte del mundo. Sé compañía, no juez. Pero no te abandones por salvarlo, ni le hagas de mamá: tu luz puede inspirarlo, no cargarlo.
PREGUNTA
Mi hermana no quiere venir a la casa porque le debemos dinero. Mis amigos ya no contestan porque saben que le vamos a pedir prestado. Vaya, ya nadie ve a mi marido fuerte, rico, claro para los negocios. Antes todos le pedían consejos para sus negocios, ahora mis amigas se han vuelto duras, como si cada conversación fuera una deuda más. Y lo peor es que yo misma le perdí confianza a mi marido… a sus mentiras. Esta situación mató nuestra sexualidad, vaya, no lo quiero ni besar, ni sentirlo dentro, ni darle nada. Nos hemos quedado solos hasta de nosotros mismos. ¿Qué debo hacer?
RESPUESTA
Estás viviendo una prueba de fuego. El dinero es un arma de doble filo, te pone a prueba cuando tienes y cuando no, también. La lana es un espejismo, un facilitador, pero no es lo que somos, ni lo que valemos. Es básico aprender a vivir con poco. Pedir es duro. Reconstruye con tu pareja más allá del dinero.
PREGUNTA
Mi mujer anda picada en un jueguito de su celular y yo la veo desvelarse, ver series de televisión, hablar por teléfono y hasta cagar, siempre con el celular en las manos y con el jueguito en la pantalla ganado puntos. Yo también juego, me gusta tener el teléfono en las manos pero lo de mi mujer me apaga, me aleja y me hace perder interés en tener un encuentros profundos, más carnales, caray. ¿Cómo abordar este problema? ¿Cómo le quito el vicio del teléfono?
RESPUESTA
No le hables del jueguito ni del celular; háblale de ti: dile que la extrañas, que te hace falta su mirada, su presencia al 100. Dile que sabes que el celular puede anestesiar el cansancio, pero que te gustaría que los dos volvieran a elegirse, aunque sea por ratitos al día. Haz propuestas: una cena sin pantallas, una cita improvisada, una noche distinta. No es pelear contra el juego, es volver a jugar juntos con presencia, cariño e intención.
PREGUNTA
Ya no soy el mismo en la cama. Me cuesta iniciar, mantenerme, responder como antes. Y aunque mi pareja nunca me ha dicho nada, yo siento la presión en mi pecho, como si ser hombre se debe medir por lo firme del mástil. Me da vergüenza sentirme flacido, me duele saber que no podré responder. Antes me sentía fuerte, ahora solo me siento expuesto. ¿Qué hago con esta sensación de que dejé de ser un hombre completo?
RESPUESTA
Lo que te hace un hombre completo no está entre tus piernas, sino en tu capacidad de mirar, cuidar y amar con presencia. El deseo real no nace de la potencia, sino de la ternura. Empieza por acariciar sin la presión de llegar a ningún lado. Habla. Respira. Quédate. Cuando el encuentro deja de ser prueba y vuelve a ser juego, regresa la alegría. Tu cuerpo no está roto: está pidiendo otro ritmo, otro sentido, otro tipo de intimidad. Y ahí también hay fuerza.
PREGUNTA
Invité a mi novio a la boda de mi prima. Llegamos temprano, la boda era importante para mí, y aunque era domingo y él trabajaba el lunes, yo quería quedarme hasta el final. Pero después de las diez de la noche empezó a poner cara, a insinuar que ya quería irse, a quejarse. Yo también estaba cansada, pero era un día especial y él no supo acompañarme. Terminamos peleando. ¿Vale la pena tener un novio que no sabe estar cuando tú solo disfrutar?
RESPUESTA
Estar en pareja no es solo compartir lo que te gusta. Es poder separarse, ayudarse, acompañarse y ceder. El amor no se mide en esos momentos: ¿se puede ser generoso con tu tiempo?, ¿uno puede quedarse sin entusiasmo solo porque el otro si lo tiene? Se trata de preguntarte si te sientes vista, celebrada, respaldada. A veces el problema no es que quiera irse, sino que no sepa quedarse desde el cariño. Vale preguntarte quieres construir con alguien que cede, apoya y ayuda o con alguien que no lo hace.