PREGUNTA: Desde hace seis meses mi mamá vive con una amiga-novia. Yo lo acepto, pero no se lo quiero contar a mi novia porque es tradicional e ingenua, por lo menos por ahora, hasta que formalicemos, llevamos tres meses. ¿Tiene que saberlo ya? No me siento con la confianza. Me juzguen mis hermanos porque yo no quiero abrirme, porque no quiero que el mundo sepa que mi mamá es lesbiana. Es un secreto que no quiero compartir, ¿por qué tendría que sacarlo a la luz?

RESPUESTA: El complejo de ser distinto a lo que crees que es “normal” se hace más grande con el paso del tiempo. Guardar secretos de este tipo te acomplejan y te hacen avergonzarte y dar unas explicaciones por otras. Es importante tener confianza en ti mismo y en la gente que eliges para estar cerca de ti. Ser natural y aceptarte sin juicios te va a llenar de paz.

PREGUNTA: Mi vecina es italiana y tiene más de 30 años viviendo aquí. Me gusta, tenemos lo nuestro, pero ella se mastica todos los noticieros y nerviosa viene a decirme que ya ha comenzado la tercera guerra mundial, a contarme como su padre escapó de la muerte, como el mundo se cae a pedazos y a veces me gusta, pero a veces me angustia. ¿Cómo le hago para quitarle lo paranoica?

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RESPUESTA: Pon a la mesa temas, películas, juegos, preguntas, paseos. No dejes que las malas noticias te quieten tu paz. Todos necesitamos cuidar nuestro mundo interno, muestra intimidad buscando buenas nuevas, personas alegres y apagando esas máquinas que desinforman y manipulan. Filtra la información que llegue a tus oídos y no la dejes contaminar tu espacio. Le harás un favor a ella y a ti.

PREGUNTA: Veo con tristeza que mi mujer carga más desilusión de la vida que alegría de vivir. En el corte de caja de sus 58 años se encuentra desajustada social, política y económicamente. Cargar con una pareja desesperanzada, deprimida y triste está difícil. Muchos amigos tenemos sentimientos parecido; nos imaginábamos llegar a los 70 más contentos, más satisfechos, más acomodados. Hoy, no me cojo a mi mujer ni aunque me paguen, las noches las pasamos viendo series con tal de no hablar de nosotros, de no vernos al espejo y reconocer que no nos gustamos ni a nosotros mismos. ¿Triste? Tristísimo. ¿Qué hacer?

RESPUESTA: Es momento de unir fuerzas, de tomar el toro por los cuernos y de buscar con amigos y pareja como darle la vuelta en esta etapa de la vida. Deprimirse es fácil, salir de la depresión es difícil. Ánimo, muchas cosas están por venir, habla con tu mujer y busca horizontes con amigos. No te dejes vencer. Busca ayuda para los dos, ánimo.

PREGUNTA: Mi hija me pone en situaciones desagradables cuando vienen sus amigas a la casa. Se ríe de mis opiniones, se burla de lo que traigo puesto y les dice a sus amigas que no me ayuden con sus platos. He tratado de hablar con ella, pero por alguna razón no me respeta. Es como si alguien me la hubiera puesto en contra; no sé cómo resolverlo, pero ya me estoy cansando de esta situación. ¿Verdad que no debo de aguantarme?

RESPUESTA: Pues ya cánsate en serio y pon a tu hija en su lugar. El respeto se gana. Si tu no pones el alto, tu hija no te va a respetar nunca. Cambiar de actitud no es fácil, si no puedes hacerlo sola busca ayuda y respaldo, pero el cambio debe ser tuyo, si te mueves tú, se mueve ella.

PREGUNTA: Mi hijo y su mujer están teniendo problemas. Yo los miro y no puedo dejar de pensar en lo duro que es en estos tiempos tener una familia. Ser proveedor, entregarse a la familia y a la pareja … Parece que el compromiso es distinto entre las parejas de hoy que cuando yo era jovencita; simplemente no encuentran el equilibrio. No dejo de sorprenderme, pienso en todo lo que sacrifiqué y todo lo que gané. ¿Cómo explicarles que en la vida se dejan unas cosas por otras?

RESPUESTA: Efectivamente muchas parejas están envueltas en un individualismo que no las dejan despejar el yo para construir un nosotros. Mientras no tengan las cosas claras aconséjale a tu hijo tener familia. La emoción de la boda y la ilusión de la fiesta hace que la realidad se esconda. Trata de mantenerte neutra, no hables mal de tu nuera, no dejes que la comunicación con tu hijo se corte, sé su aliada y su confidente. Escucha mucho y habla poco.

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