Aurora y Rubén se hicieron novios en el trabajo, ambos se desarrollaban en una empresa dedicada a la venta de productos de limpieza para hogares y establecimientos.
Su relación cada vez iba mejor y se sentían muy enamorados, así que decidieron irse a vivir juntos una vez que cumplieron dos años de relación.
Poco después, sentían que el matrimonio era lo que faltaba en sus vidas, por lo cual planearon una boda con muchos invitados de ambas familias y amigos en un jardín a las afueras de la Ciudad de México.
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Eran muy felices juntos y, producto de ese matrimonio, nació el pequeño Joel.
Cinco años más tarde, Aurora y Rubén comenzaron a tener ciertas discusiones y decidieron separarse y formalizar el rompimiento con la firma del divorcio, por lo que ingresaron el escrito de solicitud en la oficialía de partes de los juzgados familiares del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Sin embargo, un abogado que era amigo de ellos les recomendó acudir al Centro de Justicia Alternativa del mismo Tribunal, de esta manera se ahorrarían un proceso que podría ser desgastante para ambos, incluido el pequeño Joel.
Como ambos estaban de acuerdo en llevar un divorcio de manera pacífica y sin sobresaltos, solicitaron el servicio gratuito de mediación al Centro de Justicia Alternativa y acudieron a un par de sesiones con las que lograron un convenio que integraba todas las condiciones del divorcio.
Una vez firmado, lo llevaron a los juzgados de lo familiar y un juez les otorgó el divorcio. Así, concluyeron su relación por la paz, y el pequeño Joel por fin volvió a ver felices a sus padres.
