Beto y Mayra ya no podían sostener su relación, porque tenían a un niño de 5 años que vivía entre gritos y deudas.

En un momento de tranquilidad, ellos lograron ponerse de acuerdo sobre quién cuidaría a Daniel al separarse, pero no lograban acordar quién se quedaría con el y, peor aún, quién pagaría el casi medio millón de pesos que debían por el uso de tarjetas de crédito.

Ella pensaba que como los créditos estaban a nombre de Beto, no era su problema, pero él se había asesorado y sabía que también las deudas formaban parte de la Sociedad Conyugal y ambos tenían que responder. Lo más preocupante es que ya tenía muchos requerimientos bancarios y amenazaban con embargar y rematar el departamento, para recuperar lo prestado.

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Fue por eso que Beto acudió al Centro de Justicia Alternativa (CJA), del Poder Judicial de la Ciudad de México, ubicado en Niños Héroes 133, colonia Doctores, donde podrían establecer compromisos para hacerle ver a Mayra lo delicado de la situación y establecer un acuerdo para liquidar las deudas.

La persona mediadora escuchó las posturas y les explicó los alcances de casarse en el esquema de sociedad conyugal o lo que se conocía como bienes mancomunados, así ella comprendió que el problema era mutuo y con el apoyo del mediador decidieron tomar las riendas de la situación. En conjunto, establecieron acuerdos para liquidar los adeudos y no arriesgar el patrimonio de Daniel; además, formalizaron sus acuerdos de custodia, pensión y visitas, todos sus compromisos están por escrito en un convenio que tiene el valor de cosa juzgada, ya que este valor es equiparable al de una sentencia dictada por un Juez.

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