Esta semana, el rock mexicano perdió a una de sus voces más potentes con la muerte de Xava Drago, vocalista de Coda.
El cantante se fue apagando por la maldita enfermedad, pero quedará una luz infinita gracias a las canciones que plasmó tanto en su etapa como solista, como con Coda y Megatón, entre otros proyectos, en los que se deslizó por el rock pop, hard rock, glam y heavy metal: una voz con un registro así de amplio.
En enero de este año, Xava Drago se presentó por última vez con Coda, en un concierto en Mérida, Yucatán. También realizó una colaboración con el grupo de rock urbano Perro Callejero, y se despidió con el disco en solitario ‘Gracias infinitas’ (2025), integrado por siete tracks, entre ellos ‘Delirando’, ‘Mi peor dolor’, ‘Sofía Malena’ (dedicado a su pequeña hija de un año de edad) y ‘Sigo de pie’, en los que plasmó sus últimos pensamientos y, a todas luces, la batalla que enfrentó con dignidad, valentía y amor hasta el final.
Salvador Aguilar, su nombre real, tuvo las agallas de dejar un último mensaje de agradecimiento y despedida a sus cercanos y fans. Un adiós escrito evidentemente desde lo más profundo de su espiritualidad, en el que solo se mostró agradecido de haber vivido un camino lleno de rock y altos decibeles.
Xava ya no llegó al concierto del 25 de septiembre que le tenía preparado su banda Coda en La Maraka.
El músico ya tenía que ir a descansar a la luna, pero es muy probable que este show se convierta en un homenaje póstumo a su memoria y legado. Que así sea. Xava, eternamente. Xava, siempre con una sonrisa gigantesca, sin miedo a la trascendencia, porque así lo determinó con su canto: “Hay un lugar donde quiero esconderme, donde quiero estar otra vez. Porque ahí no me falta la eternidad, y ese lugar está en tus brazos. Eternamente llevaré tu rostro como una condena. Eternamente seguiré encadenado a ti… Aquí te esperaré eternamente”.
Xava Drago recibió muestras de cariño en muchos momentos de su vida. Y fue en los más oscuros cuando sus colegas, amigos y su hermosa pareja, la actriz Ela Corez, jamás lo soltaron.
Ese karma luminoso se reflejó en los últimos meses de vida del cantante. Seguramente recibió lo que él mismo dio en vida. Porque, al final, el equilibrio siempre se hace presente.





