Ni Mbappé, ni Haaland, el futbol tiene vacantes en los sucesores de las estrellas

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 17/02/2021 21:56 Gerardo Velázquez de León Actualizada 21:56

No es forzoso encontrar a un heredero de Leo Messi, ni de Cristiano Ronaldo. La exageración es total en el medio futbolístico. Como si debiera existir un jugador que llene el hueco que pronto dejarán estos dos astros.

Erling Haaland, quien anotó dos goles en la victoria del Dortmund contra el Sevilla —en los octavos de final de la Champions—, tiene 20 años de edad, sigue en formación y —por el camino que lleva— seguramente será un histórico goleador, pero solamente eso, una promesa del futbol. Saltó a la fama en el Mundial Sub-20 de 2019, cuando —en un partido contra la débil Honduras— anotó nueve de los 12 goles que Noruega marcó esa tarde, en la Arena Lublin, en Polonia. De hecho, ni clasificaron a los octavos de final.

Sus números son estupendos. Contando los dos de ayer, ha anotado 119 goles, 20 con el humilde club noruego Molde, 29 con el Salzburgo de Austria, 41 con el Borussia Dortmund y 29 con la selección de Noruega, desde la Sub-17 hasta la Mayor.

Kylian Mbappé es un caso distinto a Haaland, porque ya es un jugador más hecho, pese a su corta edad. El francés tiene 22 años y ya levantó la Copa del Mundo en el verano de 2018. Sin ser eje de ataque, ha anotado 161 goles en su carrera: 27 con el Mónaco, 111 con el Paris Saint-Germain y 23 con selecciones nacionales. En Rusia 2018, fue el mejor goleador de Francia, junto con Antoine Griezmann, con cuatro tantos cada uno. Sin duda, es el prototipo perfecto para ser el heredero de Messi o Ronaldo, con características distintas, pero —al igual que Haaland— hasta ahora es promesa.

Empeñarse a encontrar quien supla al argentino y al portugués es una reverenda estupidez. Nadie, por más positivo que sea, podrá asegurar lo contrario. Mbappé y Haaland van por muy buen camino, pero sólo por ese buen camino para pertenecer a la élite del futbol. Incluso, ninguno de estos jugadores es aún el mejor en la historia de sus países.

En Noruega, el sitio de honor corresponde al hoy entrenador del Manchester United, Ole Gunnar Solksjaer, multiganador en Inglaterra, con seis títulos de Liga, dos de FA Cup, tres Community Shield, una Champions League —en la que anotó el gol del triunfo contra el Bayern Munich— y una Copa Intercontinental. En Francia, su máximo exponente histórico sigue siendo Zinedine Zidane, de quien aún está lejos Mbappé.

Campeón del mundo en 1998, subcampeón en 2006, monarca de la Eurocopa 2000, un título de Champions League con el Real Madrid, tres de Liga (dos con la Juventus y uno en el Madrid), una Supercopa de Italia, dos Supercopas de España, dos Intertoto, dos Supercopas de Europa y dos Intercontinentales. Además, ganó el Premio al Mejor Jugador de la FIFA en 1998, 2000 y 2003.

Es decir, si todavía no llegan al umbral de la historia en su país, imaginemos lo lejanos que están de los dos máximos referentes de la estelaridad actual del futbol. Vender por vender, humo y más humo, es lo que sale de las bocas de quienes afirman que son los herederos de las estrellas.

Además, ni Messi ni Ronaldo se han retirado. Sería ocioso citar sus logros. Tendríamos que anexar páginas y páginas de sus grandes gestas.

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