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Por eso, hoy por la mañana nadie se atrevió a abrir las cortinas de sus comercios. Son 14 locales aledaños al bar que entre sus dueños se animan a trabajar después del ataque.
Pero en el poblado, el miedo no invade sólo a los comerciantes sino a habitantes de la avenida Mórelos.
Quienes viven frente al Bling Bling cuentan que las detonaciones, los obligaron a refugiarse dentro de sus domicilios.
No sólo la falta de postes de luz, sino el miedo evitó que algún poblador alcanzara a ver a los atacantes.
Y es que dicen, fueron ráfagas que no dejaban de escucharse. Prueba de ellos son los agujeros en puertas y paredes de los negocios aledaños.
Por eso, los pocos habitantes de la avenida dejaron que al lugar llegaran policías para acercarse a preguntar qué había ocurrido.
Ahí afuera del local encontraron los cuerpos de dos jóvenes, otros más yacían a unos metros del local.
“Parecía como si todos hubieran corrido para tratar de salvarse”.