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Como mujer en un campo tradicionalmente masculino, Pérez Garduño ha enfrentado desafíos significativos. "Esta profesión es muy competitiva, muy celosa", reconoce, señalando cómo algunos colegas masculinos han cuestionado sus conocimientos y capacidades simplemente por su género. Sin embargo, su respuesta ha sido contundente: demostrar con resultados y experticia que el talento no tiene género.
En la charla con la publicación, la abogada mantiene una postura crítica pero esperanzadora sobre el papel de las mujeres en las estructuras de poder. Reconoce que, si bien México sigue siendo un país con arraigos machistas, los avances en materia de igualdad de género son innegables, aunque insuficientes.
Sobre el histórico momento que vive México con la llegada de una mujer a la presidencia, Pérez Garduño lo veía como un importante símbolo, aunque advierte que el cambio estructural requiere más que representación en la cúspide del poder.
Una de las claves de su éxito ha sido su capacidad para mantener un equilibrio entre su vida profesional y personal, estableciendo límites claros entre ambas esferas. "Cuando estoy con mi familia le dedico tiempo de calidad y cantidad, jamás involucro lo laboral, y viceversa", explica, revelando una fórmula que le ha permitido destacar en su campo sin sacrificar su vida personal.
Para las nuevas generaciones de abogadas que buscan especializarse en derecho penal, Pérez Garduño tenía un mensaje claro: "Nunca desistan". Les aconseja mantenerse firmes en sus conocimientos y valores, ejerciendo la profesión con pasión y propósito.







