POR UN MILAGRO
Oración a Santa Rosa de Lima, para pedir un favor muy especial
Considerada la patrona de Latinoamérica
Foto: (X)
Santa Rosa de Lima conocida como la primera santa de América y la primera santa peruana, llevó una vida de santidad y su ejemplo de dedicación a Dios y al servicio a los demás han inspirado a muchos a lo largo de los siglos.
Es reconocida por su devoción a Dios desde temprana edad y muchos buscan su ayuda en momentos de necesidad y enfermedad
También es considerada una intercesora y es venerada en diferentes partes del mundo, especialmente en América Latina. Su legado perdura como un modelo de virtud y devoción.
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La Iglesia Católica celebra durante el mes de agosto a Santa Rosa de Lima, considerada la patrona de Latinoamérica, y a quién se le pide que intervenga ante Dios para acompañar a una persona que sufre y necesita ser oído en sus oraciones.
En 1670, el Papa Clemente X la declaró patrona principal de América, Filipinas y las Indias Orientales. Al año siguiente, el 12 de abril de 1671, el mismo Sumo Pontífice la canonizó, fijándose su festividad el 30 de agosto, fecha donde muchos países la recuerdan con los honores correspondientes a su sagrada investidura, pese a que el Concilio Vaticano II trasladó la fecha de esta celebración para cada 23 de agosto.
PODEROSA ORACIÓN PARA UN FAVOR ESPECIAL
Oración a santa Rosa de Lima
Bienaventurada Santa Rosa,
dotada de brillantes cualidades
y consagrada desde niña al Señor,
sabiendo que por tu mediación se han obrado
miles de milagros a favor de los que te invocan
acudo ante ti suplicante para solicitar tu ayuda
en estos momentos de angustia y desesperación.
Santa Rosa mira mis actuales infortunios y desdichas
y consígueme del Altísimo lo que tanto necesito:
(Haga Su Petición).
Gracias santa mía, sé que escuchas mis ruegos
y harás lo posible por favorecerme.
¡Oh santa Rosa de Lima!,
tú que escribiste libros de vida espiritual
y divulgaste el amor a la oración,
haz que oremos sinceramente y con más frecuencia,
bendícenos y guíanos para que seamos fecundos
en el servicio de dedicación y amor al prójimo
y encamínanos hacia el cielo,
donde cantemos contigo eternamente,
la gloria de Jesucristo Redentor.
Él, que Resucitado,
vive y reina, por los siglos de los siglos.
Amén.