EL GRITO
¿Qué hizo el cura Hidalgo en la lucha de independencia de México?
Guiado por el amor a Dios y a la Virgen de Guadalupe
Foto: (Gobierno México)
Hoy se conmemora el 2014 aniversario del inicio del movimiento independentista de la Nueva España encabezado por un hombre de Dios, el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
La leyenda refiere que la madrugada del 16 de septiembre de 1810, sacerdote tuvo la ocurrencia de tomar un cuadro de caballete, a manera de estandarte, con la imagen de la Virgen de Guadalupe para convocar al pueblo a la insurrección en la iglesia de Atotonilco, actual Estado de Guanajuato. Debido a que carecíamos de una bandera, fue utilizada por las fuerzas insurgentes entre 1810 y 1813.
Miguel Hidalgo nació el 8 de mayo de 1753 en la hacienda de San Diego de Corralejo, Pénjamo, Guanajuato. Cursó estudios en el Colegio de San Nicolás, Valladolid (actual Morelia), del que años después llegó a ser rector.
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En 1778, fue ordenado sacerdote y en 1803 se hizo cargo de la parroquia de Dolores, Guanajuato. En 1809 se unió a una sociedad secreta formada en Valladolid, cuyo fin era reunir un congreso para gobernar la Nueva España en nombre del rey Fernando VII, preso por el emperador francés Napoleón Bonaparte, y, en su caso, obtener la independencia del país.
Descubiertos los conjurados, la insurrección se trasladó a Querétaro donde se reunió con Ignacio Allende. El 16 de septiembre de 1810, llevando a su lado la imagen de la guadalupana, lanzó el llamado “Grito de Dolores” que inició la gesta independentista.
De acuerdo con los historiadores, el cura Hidalgo se preocupó por mejorar las condiciones de sus feligreses, en su mayoría indígenas, enseñándoles a cultivar viñedos, la cría de abejas y a dirigir pequeñas industrias de loza y ladrillos.
Esto le permitió obtener el apoyo de la gente quien lo siguió incondicionalmente logrando reunir un ejército formado por más de cuarenta mil personas. Guiados por el amor a Dios y a la Virgen de Guadalupe, tomaron Guanajuato y Guadalajara. Y aunque la campaña era exitosa, las fuerzas Insurgentes decidieron no ocupar la Ciudad de México.
El 11 de enero de 1811, el cura Hidalgo fue derrotado cerca de Guadalajara por las fuerzas realistas encabezadas por el general realista Félix María Calleja.
Aunque Miguel Hidalgo escapó hacia el norte con otros ilustres Insurgentes, fue capturado y condenado a muerte. Su cabeza se exhibió como escarmiento en la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato. Incluso se registró que antes de morir fue excomulgado por la iglesia católica.
Tras el establecimiento de la República Mexicana, en 1824, se le reconoció como primer insurgente y Padre de la Patria. En su honor, un estado de la República (Hidalgo) y la ciudad de Dolores (Hidalgo), llevan su nombre.