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Pedirle ayuda a Dios podría sonar como la forma más lógica de resolver la problemática, sin embargo, hay muchas personas que se ciegan por la duda y no logran pensar en lo esencial.
Te puedes apoyar de los evangelios, pues en ellos existe una frase dirigida exactamente para este fin y dice así: Señor, creo en ti, pero aumenta mi fe.
Recuerda que el todopoderoso siempre está con nosotros y con esta pequeña frase, seguramente te escuchará, así que no olvides pedirle que te ayude a mantenerte fuerte frente al desánimo.
En este punto es muy importante que te cuestiones una cosa: ¿Cómo puedo alimentar mi fe, si no alimento adecuadamente el cuerpo de Cristo?
Es por eso que, a través de la reconciliación recibimos siempre el perdón de Dios y recibimos la gracia que nos ayuda a fortalecer nuestra fe.
Precisamente para esto sirve la Eucaristía, pues con ella, Jesús nos ayuda a alimentar la fe, la esperanza y la caridad.

(Fotos: Pixabay)
Si no sabes cómo se hace, aquí te explicamos brevemente: El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.
El sacerdote hace "memoria" de la última cena, pronunciando las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús.
Así como en todo tipo de grupo, todos necesitamos tener sentido de pertenencia y contar con una red de apoyo, es por eso que también se necesita tener ayuda de otros para que nos apoyen cuando comencemos a cuestionar nuestras creencias.
Es muy importante apoyarnos unos a otros en el camino de Dios, recuerda que orar no tiene que ser un acto que todo el tiempo se tenga que hacer en solitario. Forma un grupo de amigos y descubre lo bonito y sanador que resulta rezar en grupo.







