Para ella un cuerpo se trata con amor, y dignidad. “Es un respeto que se le tiene a la muerte, la respetas igual que al cuerpo. Ellos “sienten” todavía, si les hablas bien y con amor, sientes las energía de la persona. En mi caso siempre hablo con Dios que es el que permite hacer esto y luego con el cuerpo, le pido permiso para, revisarlo, para ver que le voy a hacer, le hablo por su nombre y siento su energía”.

“Estos químicos son especiales para evitar dañar el medio ambiente y evitar mayores daños a nosotros mismos que nos exponemos a ellos y conllevan a un riesgo”, aclara.
En México, nos dice, todavía falta mucho para poder hacer técnicas avanzadas porque es muy caro. “En Estados Unidos y Europa tardan hasta cinco días en embalsamar un cuerpo pero lo pueden preservar por meses y darle la preparación adecuada para investigación médica y la preservación”, explica la especialista.
Un embalsamado en México dura en promedio de 15 días a un mes; por lo general, las autoridades no permiten tener el cuerpo un mes si hacer el servicio funerario
“Esto es un arte”, dice Karen. “Contamos con técnicos especialistas pues no es cualquier cosa, estás hablando de una persona que tuvo vida, de alguien con una historia, con familia. En los casos de personas desparecidas, a veces están ya muy descompuestos, es un gran reto poder rescatar partes del cuerpo, igual como los cuerpos desfigurados en accidentes o violencia, los reconstruimos para que la familia esté tranquila para despedirlos”, finaliza Sánchez.







