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Cuauhtémoc.– “Para presentar a una estrella de Tijuana, solo otra estrella de Tijuana”, y aunque no soy originario de Tijuana, Baja California, sí soy fronterizo (de la frontera entre Iztapalapa y Neza) por eso me atrevo a presentarles a ustedes a un luchador fuera de serie: “La Calabaza Asesina”, Halloween.
El pasado viernes tuve la oportunidad de visitar la ‘Esquina Ruda’, una carpa en donde el pionero de la lucha libre extrema en México vende sus artículos oficiales y convive con los aficionados.
Aunque durante años se desempeñó como uno de los rudos más despiadados de los cuadriláteros nacionales e internacionales, la huella que dejó marcada en 40 años en la lucha lo hizo ganarse el respeto y el cariño de los aficionados que no dudan en acercarse a saludarlo, tomarse la foto y comprar algún recuerdo.
Como buen cabrón de barrio, Halloween se deja querer por sus fans, principalmente con las damas, que le entran al cotorreo y pasan un buen rato con el ídolo tijuanense.
En la ‘Esquina Ruda’, fundada hace 3 años, después de la pandemia, “La Calabaza Asesina” ofrece jerseys y playeras que recuerdan las diferentes etapas de su carrera, ya sea con su imagen individual, de la Familia de Tijuana y Los Perros del Mal.
También tiene artículos de algunos de sus compañeros luchadores, como máscaras, algunas adornadas con pedrería, muñecos e incluso una camisola como las que usa su ahijado Dominik Mysterio.
Probablemente pocos aficionados recuerdan su etapa como enmascarado, por lo que se ven atraídos por su máscara que sólo se vende en este local, ubicado a un costado de la entrada del estacionamiento de la Arena México.
Pero para fortuna de todos, ya tiene un heredero: el Hijo de Halloween, quien se encargará de llevar esta capucha a lo más grande.
