“No me pongo mis moños, voy donde me digan, porque este mes la gente se da el lujo de trasladarse en taxi, porque van con sus compras.
“He llegado a hacer en un solo día hasta cuatro mil pesos, trabajando 12 horas. Es cuando uno debe aprovechar.
“Eso sí, lo que hago con el excedente es guardar para enero y febrero, que son los meses más duros.
“Pero en estas fechas yo siembre digo ‘¡qué viva la Navidad!’, porque hasta el mero 24 trabajo y el 25 igual.
“El año pasado, por ejemplo, llevé a una señora a su casa, allá por la Jardín Balbuena, ya en el camino me contó que estaba escombrando su casa, en especial un cuarto con muchas cosas en desuso.
“Al llegar, me dijo que si no llevaba prisa, podía escoger algo de lo que iba a regalar. Primero desconfié, pero me atreví y puse en la cajuela dos chamarras, un tocadiscos yun árbol de Navidad metálico, muy bonito.
“Además, ella se metió a su casa y me sacó unos cables pasacorriente. Ese día, esa señora me dio mi regalo de Reyes y me fui a mi casa directo, como niño con juguete nuevo. Por eso digo siempre: ‘¡Viva la Navidad!’”.