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E incluye la esperanza en la salvación. Al hacer referencia directa a ese don que trae el nacimiento de Cristo.
Este domingo marca un punto de inflexión en el Adviento, donde la penitencia propia de este tiempo litúrgico da paso a una alegría anticipada por la cercanía de la Navidad. Es por eso que tradicionalmente se permite el uso del color rosa en las vestimentas litúrgicas, en lugar del morado habitual del Adviento, simbolizando esta alegría en medio del tiempo de preparación.
La Oración para el Tercer Domingo de Adviento es:
"Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo..."







