Y además de buscar estrategias para manejarlos, ya sea a través de técnicas de relajación, terapia, o cambios en el estilo de vida, desde lo celestial, en nuestra fe, también podemos recibir ayuda y consuelo.
La Oración de la Serenidad, que curiosamente fue creada por un teólogo no católico, pero cuyas líneas han impactado la vida de millones de personas a lo largo de los años desde la década de los 40, ha tenido su mayor influencia en grupo de ayuda mutua, en especial los Alcohólicos Anónimos.
A pesar de que se le atribuye a San Francisco de Asís, su creador en realidad fue Reinhold Niebuhr, estudioso de la fe estadounidense, criado en la fe evangélica.
La versión más reconocida y utilizada de la Oración de la Serenidad dice así:
”Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que puedo, y la sabiduría para distinguir la diferencia”.
Existen otras opciones para superar el miedo y la angustia. Una de las más utilizadas es la creada por San Juan de Dios, fundador de la Comunidad de Hermanos Hospitalarios, conocido también como el “patrono de los hospitales”, fuente de consuelo de aquellos que padecen de depresión.
“Querido Dios, hoy me acerco a ti con un corazón lleno de emociones abrumadoras. Siento miedo, angustia y ansiedad que parecen atormentar mi mente y mi alma. En este momento de debilidad, busco tu presencia y tu guía para encontrar la paz interior y la fortaleza necesaria para superar estos sentimientos”.







