
El origen de la organización, Septiembre Negro, detrás del atentado, data del año 1970 cuando el gobernante de Jordania decide expulsar a los palestinos de tierras jordanas, sumado a ello el constante conflicto entre israelís y palestinos, desata la furia de este grupo armado.
Llegaría 1972 y con ello los juegos Olímpicos de Munich, evento del cual se sabía sería transmitido a nivel mundial, por su relevancia, como por el esfuerzo alemán de mostrar una cara amiga, tras segunda guerra mundial. Este hecho no pasó desapercibido por el grupo palestino, el cual vio una oportunidad única para ser observados por el planeta entero.
Vale mencionar que las autoridades alemanas estaban al tanto del riesgo que corrían atletas israelíes, pues incluso consultaron al psicólogo Georg Sieber, quien planteó 26 posibles escenarios de riesgo, siendo el número 21 el más llamativo, pues éste indicaba que terroristas burlarían la seguridad de la estancia olímpica, ejecutaría y secuestrarían a atletas Israelíes.
El 5 de septiembre desgraciadamente ocurriría lo que Sieber había planteado a las autoridades alemanas, pues 8 terroristas se filtrarían a las instalaciones, acabarían con la vida de 2 atletas israelíes y secuestrarían a 11 más, los cuales posteriormente también fallecerían.

Pese a los intentos de las autoridades alemanas por rescatar a los rehenes, esto no fue posible, pues diversas televisoras dieron cobertura al penoso momento que se observó por las pantallas; en el cual los medios indicaban a detalle los movimientos y actos de los elementos de seguridad, hecho del que se benefició la organización Septiembre Negro.
Tras el fracaso en la operación de rescate, donde perecieron atletas, terroristas y un policía, la siguiente pregunta fue ¿cómo pudo ocurrir un acto así en Munich? Pese a las advertencias de Georg Sieber y su planteamiento del escenario 21, los organizadores creyeron que endurecer las medidas de seguridad iría contra la ligereza alemana y con ello mostrar una cara amiga al mundo.
A pesar del ataque terrorista el presidente del Comité Olímpico Internacional decidió continuar con el evento, hecho que fue muy criticado.






