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“Compró una casa en la Gertrudis Sánchez, grande, ahí guardaba los taxis todos los domingos, cuando el mecánico les daba servicio. De verdad bien ordenado.
“Lamentablemente falleció y yo no supe llevar el orden, manejaba el taxi y en vez de continuar con los choferes de años que él tenía, se los di a trabajar a mis cuates, quienes no me cumplían con las cuentas”.
“Uno chocó el coche y fue pérdida total, a otro se lo robaron, en fin, se me fue la herencia, terminé vendiendo los coches con todo y placas, y todo se vino abajo; ahora sólo tengo el taxi (ya no el mismo coche) con el cual me mantengo.
“Lo que deseo transmitir, es que perdí todo por ser desordenado, eché a la basura todo el trabajo de años de mi padre por creer que el dinero llega sin trabajar y sin guardar para el mantenimiento de los taxis, tuve todo y lo eché a perder”, concluye. Manda tu historia al correo a rrodolfo68@yahoo.com.mx







